Reseñas
Óscar Zanetti Lecuona, Esplendor y decadencia del azúcar en las Antillas hispanas, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales/Ruth Casa Editorial, 2013, 504 pp.
La historia del azúcar dibuja un recorrido espacial a través del mundo. El cultivo y procesamiento de la caña se trasladó desde Oriente a Europa y de allí a las islas atlánticas de ese continente y el africano. A América llegó con los conquistadores, y en el Caribe alcanzaría su apogeo como producto comercial internacional a partir de la década de 1740, elaborado mediante trabajo esclavo y con organización y tecnologías pioneras en el desarrollo industrial capitalista. La denominada plantación, sin embargo, no progresó en las colonias españolas hasta finales del siglo XVIII debido a su escasa población, a un marco institucional poco adecuado para su expansión y a la insuficiente importación de mano de obra africana; pero en la primera mitad de la centuria siguiente Cuba reemplazaría a las Antillas británicas como principal exportadora mundial de dulce debido, en primer lugar, a la abolición de la trata (1808) y luego de la esclavitud (1838) en aquellas primeras islas.
Esplendor y decadencia del azúcar en las Antillas hispanas es un análisis comparado de los tiempos en que el dulce producido a partir de la caña pues desde las guerras napoleónicas surgió y se desarrolló en Europa su elaboración mediante el empleo de remolacha predominó en el Caribe español no sólo como principal oferta de su economía y comercio, sino también como elemento que más ha determinado la configuración y evolución de las sociedades y culturas en la zona.
El valor del libro es su tratamiento comparado de los distintos procesos y problemas de la historia azucarera de Cuba, Puerto Rico y República Dominicana en el largo plazo, estudio del que se carecía hasta ahora y que ha requerido un enorme esfuerzo de Óscar Zanetti, a causa de la ausencia de fuentes y de las diferencias y heterogeneidad de la información disponible sobre cada caso. Por el mismo motivo no todos los periodos de la extensa cronología abordada pueden tratarse con igual profundidad y, en general, los más antiguos en el tiempo son los que han resultado más difíciles de analizar. Sin embargo, y más aún por todos esos problemas, el resultado del trabajo es encomiable y supone una interesante aportación al conocimiento.
Óscar Zanetti ha estudiado fundamentalmente, a lo largo de su carrera como historiador y por la que goza de un merecido reconocimiento internacional, la industria azucarera, el comercio, la economía y los ferrocarriles de Cuba. Es autor de estudios clásicos sobre tales temas, en solitario o en coautoría con Alejandro García Álvarez, United Fruit Company: un caso del dominio imperialista de Cuba, La Habana, Ciencias Sociales, 1976; Caminos para el azúcar, La Habana, Ciencias Sociales, 1987, traducido al inglés en Chapel Hill: University of North Carolina, 1998; Los cautivos de la reciprocidad, La Habana, Ciencias Sociales, 1989; Comercio y poder: relaciones hispano norteamericanas en torno a 1898, La Habana, Casa de las Américas, 1998; Las manos en el dulce. Estado e intereses en la regulación de la industria azucarera cubana, La Habana, Instituto Cubano del Libro, 2002; Isla en la historia. La historiografía de Cuba en el siglo XX, La Habana, Unión, 2006; La República. Notas sobre economía y sociedad, La Habana, Ciencias Sociales, 2006, o Economía azucarera cubana, La Habana, Ciencias Sociales, 2009. Esos trabajos le aportan un bagaje y conocimiento suficientes para abordar la comparación histórica de las industrias azucareras de las Antillas hispanas, aunque también explican que en el libro se evidencie constantemente su mejor conocimiento de la cubana, que además dispone de más estudios y datos.
El libro se limita virtualmente al siglo XX, cuando resulta relativamente más fácil disponer de información, sobre todo de datos económicos, para el estudio de las industrias azucareras en República Dominicana, Cuba y Puerto Rico; había cesado ya el colonialismo español varias décadas atrás, tras la guerra de independencia de la Gran Antilla y una intervención de Estados Unidos que acabó con un régimen de ocupación en La Habana entre 1898 y 1902 y la anexión del territorio boricua. Los capitales y empresas estadunidenses participaban de distinto modo, pero siempre destacado, en el crecimiento de las industrias azucareras de los tres territorios, y la demanda de su país consolidaba su posición como principal cliente de las mismas, que ya poseía en el siglo XIX. En el caso cubano, incluso, se establecía un Estado republicano que tenía como pilar un tratado comercial ideado para garantizar la exportación de dulce al mercado estadunidense.
Tras la introducción y un capítulo inicial dedicado al estudio de los antecedentes, el libro aborda los referidos procesos que ocurrieron en las industrias azucareras y las economías de República Dominicana, Cuba y Puerto Rico en las primeras décadas del siglo XX, para analizar a continuación la crisis que aconteció al variar las reglas del juego del comercio internacional y la distribución espacial de la oferta productiva mundial a partir de la primera guerra mundial y, sobre todo, tras la crisis de 1930. Las consecuencias de estos hechos se examinan en un tercer apartado y, en general, supusieron el restablecimiento de estructuras económicas especializadas en la producción de dulce, sobre todo en Cuba, para las que Estados Unidos siguió siendo su principal cliente. Estas estructuras estaban sujetas a un comercio internacional cartelizado y regido por acuerdos bilaterales, que internamente derivaron en cambios sustanciales debido al impacto que la Depresión había tenido en sus sociedades, que condujeron a una regulación estatal de la industria azucarera en el caso de la Gran Antilla. En el boricua, los problemas del periodo acabarían provocando a largo plazo la virtual desaparición de esta, y en el dominicano una ralentización de su crecimiento. Tales aspectos se analizan en los capítulos "El sendero que se bifurca" y "Cuesta abajo".
"La decadencia de la producción de azúcar en las Antillas hispanas quizá pueda detenerse, pero difícilmente podría revertirse", escribe Óscar Zanetti como colofón del libro. En Puerto Rico, su declive no cesó desde la década de 1960, y a partir de los años ochenta apenas tiene importancia como actividad económica. En República Dominica iniciaba igualmente en esos años una depresión que ha sido más dilatada, pero en 2000 se reducía a un tercio del nivel que alcanzó en el decenio de 1970. En Cuba la depresión fue brusca y consecuencia de la desaparición de su principal mercado, Europa del Este, desde los tiempos en los que triunfó la revolución, que además socializó la industria del dulce. El autor analiza pormenorizadamente tales procesos en el final de su obra, y además la completa con un epílogo, un apéndice estadístico que incluye datos comparados de producción de azúcar y caña, exportaciones y rendimientos industriales de los ingenios de los tres territorios, un esquema del proceso manufacturo del ingenio y una sucinta bibliografía.
Para terminar como se empezó, igual que el predominio azucarero lo heredaron las Antillas hispanas de otros territorios, lo sucedido en la actualidad es que este ha migrado a otras partes, como Brasil y Australia. Además, las fábricas de procesamiento de la caña han iniciado allí una nueva andadura, dedicándose a la elaboración de biocombustibles como actividad principal o suplementaria. Óscar Zanetti, sin embargo, parece ser optimista en su conclusión; no obstante, constata que la industria del dulce ya no volverá jamás a ser lo que fue en Puerto Rico, Cuba y República Dominicana debido a que sus economías han ganado mayor diversidad con el tiempo; piensa que en ellas quizá podrían o deberían tener espacio para el producto que históricamente "mejor se ha adaptado a las bondades e inclemencias de nuestra naturaleza". Puede o no ser así, pero desde luego hay que decir que Esplendor y decadencia del azúcar en las Antillas hispanas consigue explicar razonablemente la historia que se esconde detrás de tal afirmación.
Antonio Santamaría García
Instituto de Historia, Centro de Ciencias Humanas y Sociales,
Consejo Superior de Investigaciones Científicas
Madrid, España