Am. Lat. Hist. Econ., núm 35, enero-junio, 2011, pp. 328-329. http://alhe.mora.edu.mx/index.php/ALH


Reseña

 

Martín Cuesta,
Precios, población, impuestos y producción. La economía de Buenos Aires en el siglo XVIII,
Buenos Aires, Temas Grupo Editorial, 2008, 215 pp.

 

El libro, basado en una tesis doctoral, se propone un objetivo ambicioso: reconstruir la evolución de la economía de Buenos Aires a lo largo del siglo XVIII, reconstrucción que inclusive falta para el siglo XIX. La posibilidad de efectuar tal labor para la etapa anterior a la independencia se debe en buena medida a que el gobierno colonial recopiló, en medio de una cierta estabilidad institucional, largas series de impuestos que reflejan —con imperfecciones— la actividad económica. Al Estado como fuente se le agrega documentación cuantitativa que surge de los archivos contables de instituciones religiosas. El gran mérito del trabajo de Martín Cuesta es que nos permite, a través del uso de esta información, conocer las tendencias macroeconómicas de esta economía temprana, su estructura y crecimiento. Por otra parte, el libro incluye una larga serie de precios locales de gran utilidad para los historiadores que se ocupan del periodo.

La principal conclusión que nos presenta Cuesta es que, a lo largo del siglo XVIII, la economía de Buenos Aires muestra un espectacular crecimiento, a una tasa de 2% anual. Este crecimiento no se limitó al último cuarto del siglo, sino que ocurrió a lo largo de toda la centuria, lo que invalida la idea de que fueron las reformas borbónicas las principales causantes del despegue local. Es verdad, por otra parte, que el crecimiento se acelera en la segunda mitad de la centuria. Esta mejora, como es usual en la época, fue acompañada por un cambio demográfico de similares proporciones. El gran incremento no se dio en medio de un cambio estructural en cuanto a la ocupación de la mano de obra, otro aspecto estudiado por el autor. Más bien, la economía se caracterizó por la amplitud constante de los sectores primario y terciario, lo que evidencia, por otra parte, una situación de ingreso per cápita elevado. El gran motor de esta evolución fue la producción y exportación de cueros, en cuya base estaba una generosa dotación de tierras que posibilitaba la cría de vacunos a bajo costo.

Precios, población, impuestos y producción será, a partir de ahora, de consulta obligada para todos aquellos que estudien la evolución temprana de la economía argentina: allí podrán consultar sobre precios, diezmos, otros impuestos y la evolución de la población no sólo en sus tendencias generales, sino también accediendo a datos primarios que podrán utilizar en su provecho. Pese a sus virtudes, la obra requiere de algún estudio futuro que la complemente en cuanto a la evolución del comercio exterior (un tema no tratado directamente) y que, en última instancia, fue la causante de los cambios observados. Claro que indicar una laguna es fácil, encontrar los datos para sortearla es siempre más difícil.

 

Carlos Newland
Instituto Universitario ESEADE