Am. Lat. Hist. Econ., vol. 15, núm. 2, julio-diciembre, 2008, pp. 212-218. http://alhe.mora.edu.mx/index.php/ALH


Reseñas

 

Jorge Basave y Marcela Hernández (coords.), Los estudios de empresarios y empresas. Una perspectiva internacional,
Plaza y Valdés Editores, México, 2007, 240 pp.


La historia empresarial es sin duda uno de los campos con mayor dinamismo en el espacio latinoamericano en los últimos años. Si bien el desarrollo historiográfico en los distintos países del área es disparejo, no deja de sorprender el número de buenas publicaciones sobre la temática que han visto la luz, aun con diferentes perspectivas de análisis y puntos de partida metodológicos. Las razones que explican tal ebullición no se perciben con claridad para los analistas contemporáneos; seguramente con la consolidación definitiva del campo historiográfico esos motivos se mostrarán en plenitud. Mientras tanto, podemos inferir que la irrupción de la historia de empresas es en parte producto de la diáspora que se abrió a partir del cuestionamiento de los paradigmas predominantes en, al menos, los últimos 30 años, y que permitieron nuevas miradas sobre el pasado.

En el marco del despertar de la narrativa y los estudios culturales, la historia económica fue jaqueada con dureza en tanto su pretensión explicativa y totalizadora ya no satisfacía las demandas que las nuevas preguntas requerían. Nuevas preguntas implicaron nuevos temas, y estos a su vez nuevas fuentes. Las nuevas respuestas no tardaron finalmente en llegar y promover nuevos desafíos. La historia de empresas se presentó pronto como un campo más que apto para tal contingencia. Por un lado, permite abordar estudios a un nivel de "microanálisis" y, por lo tantoy alejado de los paradigmas macrosociales en descomposición. A la vez, el análisis de las empresas y los empresarios no sólo puede ser abordado desde una perspectiva "económica" más o menos tradicional, sino también, y fundamentalmente, desde otras posibles entradas como lo son los estudios generacionales, las redes culturales, las actitudes y comportamientos de los empresarios o las formas particulares que asume la gestión y la propiedad. En suma, un nuevo campo que posibilita en mayor medida la imbricación de diferentes perspectivas analíticas sobre un objeto relativamente acotado. La declamada interdisciplinariedad parece transformarse en una posibilidad real a partir del desarrollo reciente de la historia de empresas. Pero finalmente, es este un desafío.

Jorge Basave y Marcela Hernández han decidido afrontar ese reto al compilar siete estudios que discuten los desarrollos teóricos vinculados a la historia de empresas o pasan revista a la producción en este campo desde la historiei, la sociología, la economía, la política y la cultura, aunque sin la necesidad de "anclarse" definitivamente en una de estas perspectivas analíticas. El objetivo de los autores es muy alentador: analizar el "estado del arte" para, a partir de allí, instalar el debate sobre los problemas que transitan la investigación sobre empresas y empresarios.

El primer artículo, "Teoría e historia empresarial: un estado de la cuestión", de Pablo Díaz Morían, presenta un afinado análisis de las potencialidades de la historia económica y de la historia de empresas como herramientas explicativas de la economía y como fuente de nuevas ideas. En este sentido, no parece en vano "insistir" en los aportes que el historiador puede hacer a la comprensión de la realidad social actual. Si bien este punto de partida parece ser muy bajo, el relato de la aplicación de la teoría a la historia empresarial que el autor descubre en España es más que estimulante. Para Díaz Morlán la "verdadera renovación" de la teoría económica que ha dado vida a la historia empresarial proviene del surgimiento de la economía evolutiva más que de la nueva economía institucional, en tanto el contexto particular, histórico, donde surge el cambio tecnológico pasa a ser central. Estos aportes, sumados a los desarrollos en torno a la organización de empresas y, en especial, a la empresa familiar (traspaso generacional, redes) en el contexto historiográfico europeo señalan una creciente aplicación de nuevas teorías a la historia empresarial complementaria y, en algunos casos, superadora de la perspectiva chandleriana. A partir de allí, el autor pasa revista a la aplicación de la historia empresarial, a la teoría económica, sea como "campo de pruebas" o, en su forma más positiva, como "origen de ideas". Finalmente, Díaz Morlán plantea la existencia de "zonas de desencuentro" y falta de diálogo entre la historia empresarial y la organización de empresas, en parte producto de la separación también destacable entre esta última y la teoría económica. Es evidente la falta de utilización de la historia empresarial como fuente u origen de ideas acerca de la caracterización del empresario y mucho mayor la distancia aun cuando se recala en los nuevos desarrollos conceptuales y áreas de estudios de la organización de empresas como el concepto de intrapreneurship o del fenómeno de las sociedades de capital de riesgo.

El ensayo termina con un llamado de atención sobre la necesidad de que los investigadores de historia empresarial se abran a los conceptos e ideas que emanan del campo de la organización de empresas, sumándolos a los que ya son de uso más común, aquellos provenientes de la teoría económica, de la nueva economía institucional y la economía evolutiva.

El segundo capítulo, "La presencia de la historiografía empresarial de América Latina en los journals internacionales (2000-2004) : balance, temáticas y perspectivas" de Carlos Dávila L. de Guevara, nos presenta un pormenorizado análisis sobre la evolución de la historia empresarial en el área en los últimos años. Sobre la base de los principales journals de Business History y de historia latinoamericana publicados en Estados Unidos, el Reino Unido, Países Bajos y España en los últimos años, Dávila sostiene que existe un mayor desarrollo relativo de la historia empresarial en México, Brasil y Argentina que en otros países latinoamericanos.

El punto de partida es el balance historiográfico empresarial de siete países de la región (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Venezuela) compilado por el propio Dávila y por Rory Millar en 1999, que a su vez fue objeto de catorce reseñas en journals europeos y estadunidenses principalmente. Dávila se pregunta en qué medida el crecimiento de la historia empresarial de América Latina en el primer lustro del nuevo siglo tuvo una circulación mayor en los journals internacionales que los desarrollos de los años ochenta y noventa. Como respuesta inicial, el autor encuentra 35 artículos publicados, en su mayoría sobre México (trece), Brasil (once) y Argentina (cuatro), lo que confirma la tendencia de mayor desarrollo de estas historiografías nacionales en el conjunto del espacio latinoamericano. Pero también, esta producción habla acerca de la mayor imbricación de la historia de empresas de la región con los desarrollos teóricos a los que se referia el capítulo de Díaz Morlán: la economía institucional, la historia social o la cultural; y de una mayor y novedosa sustentación empírica. El resultado es, según Dávila, una "vigorosa renovación temática y metodológica que comenzó a insinuarse en la década de los noventa". De todos modos, vale la pena preguntarse hasta dónde lo publicado en los journals internacionales evidencia los reales avances de la disciplina en el área latinoamericana; estos parecen ser sin duda aún mucho mayores que lo que refleja el análisis de esas publicaciones.1

Los siguientes cinco estudios se refieren a distintos aspectos de la historia de empresas y empresarios en México, sin duda la historiografía con mayor desarrollo en la región. El primero, "Historia de las empresas e historia económica en México: avances y perspectivas", de Carlos Marichal, tiene como objetivo destacar, precisamente, el alto grado de avance cuantitativo y cualitativo de los estudios empresariales en ese país, haciendo foco en las grandes empresas en diferentes periodos. Marichal deja abierta una serie de reflexiones vinculadas al desafío de estrechar los lazos existentes entre la historia económica y la historia de empresas con otras ciencias sociales, complementando y ampliando, de este modo, la propuesta que Díaz Morlán hacía en el primer capítulo de la obra que reseñamos.

El exquisito relato que nos presenta el autor da cuenta del despegue y la trayectoria de la historia empresarial desde sus orígenes en Inglaterra en la década de 1920 y de los aportes de Joseph Schumpeter y de Alfred Chandler en décadas posteriores. Finalmente, recala en el espacio latinoamericano donde encuentra que el desarrollo de la disciplina "fue tardío y más desigual". Especialmente en México, la historia empresarial tuvo inicios en los años setenta y ochenta, para multiplicarse en los años noventa y quizá de manera más explosiva en los primeros años del siglo XXI. Pese a la constatación de la existencia de una rica y diversa bibliografía y de una cantidad importante de revistas especializadas, el autor reconoce con cierta desazón que la historia empresarial no posee el adecuado reconocimiento entre los economistas y docentes en las facultades de administración, problemática que también se destaca en el plano teórico y práctico en los dos capítulos anteriores.

En la siguiente sección, a partir de una serie de precisiones conceptuales, Marichal realiza una reflexión sobre las trayectorias de las grandes empresas mexicanas desde sus orígenes coloniales y propone algunas estimulantes hipótesis de trabajo para continuar las investigaciones en este campo que se presenta ya con un caudal importante de trabajos y con perspectivas prometedoras. En este sentido, la importancia que han adquirido las grandes empresas mexicanas a partir de su internacio-nalización exitosa en las últimas décadas ofrece un ámbito inmejorable para estudiar el comportamiento de esos actores en el marco de la construcción de una economía global. En suma, la historia de empresas puede brindar claves de interés para todos aquellos que están abocados a la comprensión "del complejo panorama empresarial del México contemporáneo", tal como destaca el autor.

El siguiente capítulo, "El estudio de los grupos económicos en México: orígenes y perspectivas", de Jorge Basave Kunhardt, tiene como propósito analizar la relación entre los análisis académicos sobre los grupos empresariales en México y sus referentes económicos, esto es el vínculo entre la economía real y la producción intelectual.

El autor plantea una presentación que recorre el desarrollo del gran capital en México. En primer lugar, se estudian los orígenes y consolidación de la estructura oligopólica y se pasa revista a la bibliografía que desde diferentes perspectivas y temáticas se acercó a la comprensión de ese fenómeno y cómo se construyó en definitiva en un problema prioritario para muchos analistas. Una vez consolidados los grupos económicos, su poder también llamó la atención de los economistas en los años sesenta y, particularmente, en los setenta. Pero por razones metodológicas, el interés se centró no sólo en las empresas sino, también, señala el autor, en los empresarios en tanto se identificaba la concentración en pocas manos. Finalmente, la modificación de las condiciones económicas internacionales a partir de los años ochenta y, especialmente en los años noventa, significó que los grandes grupos comenzaran un proceso creciente de transnacionalización, como advertía el anterior capítulo de Carlos Marichal, que dio lugar también a interpretaciones novedosas y propias del escenario latinoamericano. En una segunda parte de su ensayo, Basave describe a las transformaciones actuales de la economía internacional y de las empresas, a las cuales considera los principales agentes de cambio. El propósito ulterior consiste en destacar los nuevos enfoques teóricos y metodológicos que permitan avanzar en el estudio de los grupos empresariales mexicanos.

El capítulo V escrito por Mario Cerutti Pignat lleva por título "Los estudios empresariales en el norte de México (1994-2004). Recuento y perpectivas". Esa revisión revela, según el autor, "tendencias y ritmos relativamente diferentes del de otros espacios mexicanos". Ello es así por el fuerte impacto que la economía estadunidense tuvo sobre esa región, por el peso del norte en el mercado nacional, por las transformaciones productivas, y por el vigor de los empresarios norteños.

Cerutti analiza los avances de la historiografía regional tomando como referencia lo que sucedía en el espacio latinoamericano y con los estudios empresariales en la región. El paralelismo mayor lo encuentra con la experiencia colombiana, en particular en lo que se refiere al proceso de acumulación inicial de los grupos familiares/propietarios tras el proceso de independencia en el siglo XIX. Esa historiografía también recibió el impacto de la difusión y uso de nuevas perspectivas teóricas y del mayor espacio que fueron adquiriendo los estudios empresariales en el conjunto de las ciencias sociales en los años ochenta y noventa.

Cerutti advierte que los estudios recientes sobre empresas y empresarios en el norte de México han logrado una importante institucionaliza-ción, y una gran cantidad de tesis de doctorado reflejan ese proceso. Los nuevos estudios confirman la existencia de bolsones empresariales que posibilitaron la consolidación y otorgaron gran dinamismo a los emprendi-mientos de la región, aun cuando ellos se realizaron en distintos lugares y épocas. Independientemente de ello, los nuevos estudios también han prestado una mayor atención a la empresa como organización y a las nuevas tendencias y demandas que se vinculan con la globalization ¿Cuáles son las tareas pendientes?, según el autor, esas tareas incluyen la búsqueda de nuevos bolsones empresariales, una mayor atención a la demografía empresarial y, en especial, un mayor foco sobre la empresa en sus diferentes dimensiones y posibilidades.

El capítulo de Matilde Luna Ledesma y Cristina Puga Espinosa, "Los estudios sobre los empresarios y la política. Recuento histórico, líneas de investigación y perspectivas analíticas", pone énfasis en las investigaciones sobre el empresariado mexicano. Surcados por distintas perspectivas u orientaciones disciplinarias, en especial sociológicas y políticas, esos estudios han abordado temas como las grandes asociaciones empresariales o la acción colectiva de los empresarios que permitieron incorporarlos como actores sociales y políticos destacados dentro del estudio de la política mexicana.

Las autoras plantean tres ejes de análisis para su revisión: a) el efecto que los fenómenos sociales tuvieron para el desarrollo de la investigación; b) las comunidades académicas que permitieron el desarrollo de la investigación en ese campo, y c) los principales temas y enfoques que caracterizaron la investigación en las últimas décadas.

A partir de la experiencia histórica, las autoras señalan que el concepto de corporativismo utilizado en los años ochenta y noventa como clave analítica para caracterizar las relaciones entre los empresarios y la política resulta limitado. Los nuevos estudios se orientan a analizar, por ejemplo, la participación de los empresarios en la política partidaria; la negociación del TLCAN, la interrelation entre la economía, la política y el conocimiento desde perspectivas sociológicas y antropológicas; la cultura empresarial, y el papel de las mujeres empresarias. En general, estos aportes presentan una tendencia a abandonar las interpretaciones totalizadoras y a hacer foco en las redes interpersonales. Finalmente, las autoras realizan una propuesta teórica sobre la base del concepto de gobernanza y de las redes como mecanismos de integración y de estructuración de conflictos; y una propuesta temática en torno a la autonomía política, la representación y la corrupción.

El último capítulo de esta compilación, "Balance de los estudios de cultura empresarial en México", de Marcela Hernández Romo, nos ofrece una descripción de las principales tradiciones de investigación sobre los estudios culturales que abordan ala empresa y al empresario en México y desde allí pasa revista a los estudios empíricos existentes, para finalmente plantear, en términos propositivos, nuevas perspectivas capaces de enriquecer este ya novedoso campo de estudios.

La autora encuentra un renovado interés por los estudios de historia social y cultural a partir de los años noventa; si bien la producción en este campo en su vinculación con la historia empresarial es abundante, Hernández encuentra desniveles muy fuertes en cuanto al uso de la teoría y la metodología. En el caso de la cultura organizacional, los estudios en México son aún escasos; también aquellos que recaen en la cultura y el aprendizaje tecnológico son recientes. Esos trabajos logran "introducirse" al interior de las empresas, pero aun no logran vincular la cultura con el proceso de aprendizaje. Finalmente, existe un rico campo vinculado con los procesos productivos o con la "visión de género", pero ellos también son incipientes.

En las conclusiones, Hernández destaca la existencia de una "sensación de vacío generado por la forma como se aborda al empresario para su estudio en México"; no obstante, ese pesimismo parece ser compensado por la presencia de otras opciones en estado de construcción. De allí su propuesta de explorar otros marcos conceptuales-metodológicos para entender a los empresarios desde su subjetividad y en relación con sus diversos mundos de vida. De esta forma, se lograría superar la división entre el estudio del empresario y la empresa y el ver a la organización como la determinante de la acción, introduciendo al sujeto como parte constitutiva de la acción.

Lo reseñado es sólo una parte muy pequeña de las ricas reflexiones que pueden encontrarse en este trabajo historiográfico. Se trata de una obra que posee un grado de coherencia poco común en las compilaciones de esta naturaleza, y si bien, la "perspectiva internacional" anunciada en su título queda acotada fundamentalmente a lo que ocurre en México, la incorporación de los desarrollos teóricos y conceptuales que brindan los distintos capítulos permite no sólo una excelente puesta a punto del estado del arte de la historia empresarial a nivel internacional, sino también presenta una agenda enorme, que puede amedrentar, pero que a la vez estimula sin duda a la investigación y a la reflexión sobre una temática que -ya nadie puede discutir- aporta una comprensión más acabada de nuestro pasado y de nuestro presente latinoamericano.

Marcelo Rougier
Facultad de Ciencias Económicas-Universidad de Buenos Aires/CONICET

 

Notas

1 Como ejemplo baste señalar que para Argentina sólo se registran cuatro publicaciones en journals internacionales entre 2000 y 2004, y en algún caso el vínculo con la historia empresarial es más bien marginal. No obstante, a partir del cambio de siglo, no sólo es notable la aceleración de la cantidad de publicaciones, tesis, jornadas y simposios, etc., sino también se han sumado cuatro libros específicos y recientemente los dos primeros libros que compilan historias de empresas en Argentina (además de un par de dossier específicos en revistas). Nos referimos a B. Kosacoff et al., Globalizar desde Latinoamérica. El caso Arcor, Buenos Aires, McGraw Hill, 2001; M. Rougier, Industrias, finanzas e instituciones. La experiencia del Banco Nacional de Desarrollo, Bernal, Unqui, 2004; M. Rougier y J. Schvarzer, Las grandes empresas no mueren de pie. El (o)caso de SIAM, Buenos Aires, Norma, 2006; J. Schvarzer y T. Gómez, La primera gran empresa de los argentinos. El Ferrocarril del Oeste, Buenos Aires, fce, 2006; M. Rougier (dir.), Políticas de promoción y estrategias empresariales en la industria argentina, Buenos Aires, Ediciones Cooperativas, 2007, y J. Schvarzer, T. Gómez y M. Rougier, La empresa ayer y hoy. Nuevas investigaciones y debates, Buenos Aires, uba, 2007 Además de otros libros sobre empresarios o temas afines: A. Cardozo y O. Chisari (eds.), Entrepreneurship, Buenos Aires, uade, 2004; A. Jauregui, Brasil-Argentina. Los empresarios industriales, 1920-1955. Una historia comparada, Buenos Aires, Imago Mundi, 2004; A. López, Empresarios, instituciones y desarrollo económico: el caso argentino, Buenos Aires, cepal, 2006, y H. Ramírez, Corporaciones en el poder, Buenos Aires, Lenguaje Claro, 2007.