http://dx.doi.org/10.18232/20073496.1373
Reseña

Michele Alacevich (2021). Albert O. Hirschman: An intellectual biography. Nueva York: Columbia University.

Jaime Ortega-Reyna1, * image 0000-0002-8582-1216

1 Universidad Autónoma de México-Xochimilco, México.

Correspondencia: jaime_ortega83@hotmail.com

En 2022 se cumplieron diez años de la muerte de Albert O. Hirschman, afamado intelectual de origen alemán, cuya vida profesional y académica transcurrió principalmente en las principales universidades de Estados Unidos. En la contribución al conocimiento de sus ideas, el profesor italiano Michele Alacevich publicó, con el sello de la Universidad de Columbia de Nueva York, la obra Albert O. Hirschman. An intellectual biography. Se trata de un libro que hace un recorrido completo, aunque panorámico, de las principales proposiciones de Hirschman respecto de los temas del desarrollo.

El trabajo de Alacevich se integra a una no tan extensa pero muy significativa bibliografía en torno al pensador alemán-estadunidense, entre las que destacan las contribuciones pioneras de Luca Meldolesi (en la década de 1990) y, más recientemente, la extensa biografía de Jeremy Adelman. Alacevich reconoce la gran deuda que tiene con el trabajo de este último historiador, afincado en la Princeton University, e insiste la importancia de su voluminosa biografía, aunque señala que su presentación de las ideas del germano-estadunidense contiene otras características, pues se concentra en la comprensión de calado intelectual y no en el telón de fondo personal, objeto de la investigación de Adelaman.

Alacevich argumenta que su idea no es la de hacer una biografía del individuo, pues se apoya en la de Adelman, indudablemente la más completa en ese tenor. Apuesta, dice, por construir una biografía intelectual, con todo lo que ello significa. Esto resulta complejo, sobre todo en la exposición de la primera parte de la vida de Hirschman, en la medida en que tiene que contextualizar lo que llama la “formación de un economista político internacional”. Conforme el libro avanza, el aspecto que podemos denominar como biográfico no intelectual va perdiendo fuerza y es hacia el capítulo cuarto cuando estamos ya plenamente en la exposición total de las ideas y en donde el recurso del dato a propósito de la experiencia vital comienza a decaer y ser utilizado de manera esporádica.

Si en su capítulo primero recurre a la “La formación de un economista político internacional”, no será sino hasta el capítulo segundo y subsiguientes que esta denominación adquiera mayor consistencia y se perfile como el lente interpretativo del conjunto de la obra. Es preciso señalar que los primeros tres capítulos se construyen sobre la narración de la vida y producción que lo posicionó como un estudioso y disidente al seno de las teorías del desarrollo. Encontramos, por ejemplo, una detallada exposición de las ideas fundamentales que habitan el primer gran trabajo de Hirschman: La potencia nacional y la estructura del comercio exterior. Para Alacevich, a Hirschman se le puede ubicar como uno de los formados de la “economía política internacional” y en gran medida su resonancia posterior tiene que ver con el fortalecimiento de este campo de estudio, que no es propiamente el de las teorías del desarrollo que conocimos en la década de 1950, pero que encuentra en esa vertiente un fuerte incentivo. Así, Alacevich demuestra que, en el quizá menos conocido de los libros de Hirschman ya se encontraba en ciernes el vínculo entre economía y política de una manera original, consistente y buscando traspasar fronteras disciplinares. Tal como lo expresa Alacevich en una clave muy útil para pensar las dimensiones de la soberanía y el impacto del comercio en esta dimensión.

El tema del desarrollo aparece, no como una demanda académica, sino como una experiencia de vida. Al respecto, es muy conocida la vinculación que Hirschman estableció con Colombia y después con otros países, primero de América Latina y más tarde con otras regiones, como África. Alacevich dedica los capítulos segundo y tercero a explorar los debates y formatos que asumió la teoría del desarrollo específicamente, fortaleciendo su idea de que nos encontramos frente a la obra de un “economista político del desarrollo”. La preocupación por el subdesarrollo, la idea de la planificación y el papel de los expertos como asesores, asoma en este trayecto significativo para la conformación de un pensamiento. Numerosos libros, tales como La estrategia del desarrollo; El comportamiento de los proyectos de desarrollo; Estudios sobre política económica en América Latina, entre otros, expresan la dimensión del “economista del desarrollo” pleno, maduro y, a su decir, “disidente”. En este segmento de su producción operan, en estado práctico, las famosas fórmulas de Hirschman: la inversión de las secuencias o la crítica de la fracasomanía. Hirschman irrumpe en un campo en formación y pone de cabeza, metafóricamente hablando, lo que se concebía como el único camino al desarrollo. Alacevich da cuenta de numerosas discusiones con los funcionarios del Banco Mundial a propósito de los temas vinculados al desarrollo, mostrando que la categoría de disidente no es un ornamento, sino un momento vital. Lo mismo vale para la apertura a las contingencias, no vistas como excepcionalidades despreciables, sino como parte inherente de los procesos de programación y planificación.

El paso de Hirschman por la teoría del desarrolló dejó una impresión honda. Sigue siendo, después de medio siglo, una referencia obligada. Sin embargo, su aporte no se detuvo ahí, sino que continúo en el “salto de fronteras” disciplinares. El capítulo bisagra es el quinto, en el cual expone los trabajos puente entre la intervención en el campo de desarrollo y el éxito que significó la aparición de la obra Salida, voz y lealtad. Al igual que en otros capítulos, se ponen al descubierto los debates y combates que entabla –como con Marcus Olson–, así como las recepciones del texto. Esa obra, clave en la teoría social contemporánea, es quizá la que más se ha explotado por fuera del campo de la teoría del desarrollo.

Los capítulos siguientes desarrollan una perspectiva donde Hirschman aparece mucho más heterodoxo, con múltiples aristas y matices, utilizando fuentes y problemas muy diversos. Alacevich explica el fenómeno que significó Salida, voz y lealtad, así como los debates que se generaron en su entorno. Sin embargo, sobre la recepción de sus ideas, es claro que el libro Las pasiones y los intereses resulta un punto clave para entender la problematización que Hirschman hace de las sociedades de mercado. Su colaboración sigue a partir de varios escritos de revisión de sus ideas económicas, así como de su trabajo de campo en la década de 1980. El Hirschman de esta etapa no sólo es un “disidente” de las teorías del desarrollo, es, a su manera, un precursor de las economías sociales y solidarias que colocan el énfasis en la energía de la sociedad y las imbricaciones inesperadas o no planeadas que generan efectos positivos.

Hacia el final del libro, el problema de la democracia aparece como central. Alacevich demarca bien la tensión que existía en la región latinoamericana, desde las primeras intervenciones de Hirschman en la década de 1960 hasta la de 1990. En este entramado ganan relevancia sus reflexiones sobre democracia y desarrollo en un libro muy importante organizado por David Collier y también sus Retóricas de la intransigencia, en el cual expresa bien la búsqueda de refugio para los impulsos reformistas frente a la avalancha ortodoxa. Alacevich, indudablemente, muestra también a un disidente en el campo de las transiciones.

El último capítulo es una reflexión sobre el legado de Hirschman. Globalmente estamos frente a un aporte significativo. Con una prosa ágil, Alacevich logra asediar bien los puntos articuladores del pensamiento de Hirschman. El autor también logra discusiones intelectuales generadas por sus textos, así como los debates y combates que significaron no pocas intervenciones del pensador en coyunturas específicas. En términos de fuentes, hay apuntes interesantes respecto a archivos italianos y los del Banco Mundial. Sobre los primeros se reconstruyen datos de su juventud junto a Eugenio Colorni, su maestro y amigo y la reticencia hacia Hirschman por parte de Emilio Sereni y algunos otros militantes del Partido Comunista Italiano; respecto al Banco Mundial, las incomodidades que generó un pensador heterodoxo y herético en funcionarios de esa institución.

El conjunto de la exposición que el autor italiano ofrece acompaña bien los trabajos ya mencionados de Adelman y de Maldolesi. En la medida en que cada uno de estos tiene su propio perfil, es preciso señalar que la reconstrucción de Alacevich cumple a cabalidad con la idea de una historia intelectual. Sin embargo, la trama resulta compleja, en la medida en que el horizonte de Hirschman no se detuvo en la estela conformada por las teorías del desarrollo, sino que avanzó sustancialmente hacia otros formatos. Después de la lectura del último capítulo, el cual aborda los legados intelectuales de Hirschman, queda claro que la cuestión de la “economía política internacional”, así como su vínculo con América Latina, aun puede ser explorado con mayor detenimiento. Si bien es conocida su experiencia colombiana, lo cierto es que durante las décadas de 1960 y 1970 la teoría del desarrollo fue eclipsada por las variantes de la teoría de la dependencia y, posteriormente, por el horizonte neoliberal (cuya expresión teórica convergente puede ser la argumentación neoclásica). Aún existe tela de dónde cortar sobre las múltiples vías de recepción de la obra de Hirschman, que no pueden contenerse en la teoría del desarrollo, aunque incluyan ese capítulo de manera obligada. La constante referencia a la figura y obra de Guillermo O’Donnell es una buena puerta de entrada a un camino que aún debe recorrerse más enfáticamente.

El aporte de Alacevich es tan valioso que enriquece la perspectiva que gira en torno a uno de los pensadores más originales en Occidente de las últimas décadas. Su perspectiva es la de recuperar el legado en la clave de una “economía política internacional”, posibilidad certera para un intelectual que contribuyó en numerosas disciplinas. Personaje sobre quien aún es posible explorar vetas, relaciones, debates, rumbo al décimo aniversario de su fallecimiento. Ojalá encuentre una pronta salida en español.